lunes, 25 de enero de 2010

me ha dado por volver a soñar, y cuando me da por ahí lo hago de veras. Verdaderamente me sorprende esa capacidad que creía olvidada, es como lanzarlas certeras y quedarte con la boca abierta, orgullosa de tu proeza verbal, reforzado el ánimo y la materialidad. Al fin y al cabo el sueño no deja de antojárseme como la posibilidad de recuperar el control de alguna parte hasta entonces indómita de mi misma. De esas que ya ni siquiera sabes si te pertenecen o si alguna vez te rozaron siquiera. Al final los ilimitados pasados en los que los buscaba tampoco llegaban a formar parte de ningún presente... Así que esta mañana me he vuelto a levantar con gusto a laurel!

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