Siéntate frente al mar, plántale cara, mírale de frente, fijo, contínuo... busca, no dejes de procurarte en el horizonte y apuntala, apuntala bien para que no te arrasen las olas.
No hay nada mas allá de la masa gris, ahí se concentran los sueños, anhelos y expectativas del universo, almacenadas, de profundis.
Destémplate el alma, FLAMÉALA con aguardiente y miel, o ESCÁRCHALA con acero y azúcar... no importa que lo hagas de una forma u otra. Lo que es cierto es que cuando llegue el efecto contrario sea arrollador y constante, como las gotas de aguas que salpican tu cara...
domingo, 30 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario